A nuestros profesores y profesoras...
Septiembre está aquí otra vez. Para un niño o niña es el inicio del año, todo empieza otra vez o para muchos todo empieza de nuevo. Son infinitas las preguntas que pasan por su cabeza ¿Tendré nuevos compañeros?, ¿Con quién me voy a sentar?, ¿Serán muy difíciles las asignaturas? Pero, una de las más importantes es la de ¿Quiénes serán mis profesores, me gustaran? Todos hemos sido esos niños y niñas, y es que no podemos dudar del papel tan sumamente importante que han jugado los docentes en nuestras vidas, no solamente por las materias que nos han enseñado, sino porqué se han acabado convirtiendo en referentes. Nos pasamos la mayor parte de nuestra infancia rodeada de estos adultos que acabamos idolatrando, son nuestros héroes.
Pero no olvidemos que los profesores y las profesoras también empiezan en septiembre con la cabeza llena de dudas e incertidumbre. Para ellos también empieza un nuevo año, todo será nuevo, incluido la mayoría de sus alumnos, todos crecen, se hacen mayores y al fin y al cabo lo de ir a la escuela es una etapa de sus vidas, pero para los profesores no, ellos se van a quedar ahí cuando se vayan. Pero, como decía Andy Rooney: “La mayoría de nosotros no tendremos más de cinco o seis personas que nos recuerden. Los maestros tendrán miles de personas que les recordarán por el resto de sus vidas.”
Y así es. Muchos de nosotros hemos tenido la suerte de encontrar a profesores que nos han marcado y han cambiado nuestra forma de ser, de pensar o de ver el mundo. Un pilar que nos ha inspirado para empezar un proyecto, que ha despertado nuestra curiosidad, que ha marcado nuestro futuro, que ha sabido ver nuestras aptitudes y nos ha ayudado a agrandarlas o nos ha apoyado cuando más lo necesitábamos.
A todos los docentes, gracias. Gracias por influir en nuestras vidas, por involucraros y por ayudarnos a llegar a ser lo que hoy en día somos.